Aproximadamente el 50% de la energía que se consume en todo el mundo proviene de motores eléctricos, en la actualidad si hablamos solamente de Europa algunos datos nos muestran que ya disponemos de cerca de 9.000 millones de motores eléctricos operativos. Desde Julio del año 2021 disponemos de una nueva reglamentación que afecta al diseño ecológico de los motores eléctricos en la cual se dictaminan las nuevas categorías de rendimiento energético para motores eléctricos y variadores de velocidad. La nueva fase que afectará a los cambios sobre esta reglamentación entró en efecto el 1 de julio del 2023 ampliado desde entonces el alcance de estos cambios. Desde ASA queremos hacerte llegar con este post dichos cambios y lo que supondrán para la industria.
Atendiendo a los objetivos de sostenibilidad y rendimiento de la UE, el reglamento 2019/1781 fue revisado y actualizado en julio de 2021. Dicho reglamento decretaba que los motores eléctricos y los variadores de velocidad estaban obligados a cumplir un rango mínimo de rendimiento energético, el cual se define como la relación entre la potencia útil mecánica de salida y la potencia eléctrica de entrada. El rendimiento energético está catalogado por las clases de rendimiento internacionales IE, determinando la clase IE1 la de menor nivel, la clase IE4 la de mas alto nivel y actualmente en desarrollo la clase IE5.
Por lo tanto, podemos decir que desde julio de 2021 todos los motores trifásicos entre 0,75 KW y 1.000 kW de potencial nominal atenderán a una clase de rendimiento IE3. Y los variadores de velocidad destinados al uso con motores eléctricos ahora bajo este reglamento deberán ser ahora de clase de rendimiento IE2.
Desde el 1 de julio 2023, todos los motores eléctricos entre 75 kW y 200 kW de potencia nominal dirigidos al mercado europeo deberán ser de clase IE4, de esta manera la UE será el primer lugar en el que se impondrá la clase de rendimiento IE4 para algunos motores eléctricos. Los motores monofásicos de potencia nominal igual o superior a 0,12 kW deberán de catalogarse como mínimo de clase IE2 atendiendo a la nueva reglamentación.
Los requerimientos informativos sobre el producto que afecta a los motores eléctricos y los variadores de velocidad también cambiarán aproximante: será imperativo ofrecer información suplementaria sobre el rendimiento correspondiente a diferentes velocidades, cargas y pares, lo que habilitará al responsable del proyecto mejorar el rendimiento de sistemas para este tipo de procesos.
Con la sustitución de sus motores eléctricos y variadores de velocidad, el comprador no solo “disfrutará” de procesos más sostenibles anticipándose a los nuevos cambios de reglamentación, sino que además se beneficiará económicamente del aumento en su rendimiento. Es importante resaltar que la energía representa una parte importante del coste de un motor eléctrico durante su ciclo de vida útil, por ese motivo invertir en es este momento en un motor eléctrico o variador de velocidad de mayor rendimiento es una elección menos costosa.
Ya existen en el mercado una gama de motores eléctricos industriales catalogados para zonas peligrosas y de clase de rendimiento IE4 que presentan relevantes ahorros de energía. Además, algunos fabricantes incluyen aplicaciones móviles para la monitorización de sus prestaciones y poder actuar remotamente sobre ellos.
Al estar estos tan implicados en la proporción del consumo de energía eléctrica en todo el mundo, esta herramienta contribuye a dar otro impulso importante para logar los objetivos de rendimiento y sostenibilidad a nivel europeo
Conclusiones, en función de la aplicación y el uso de un motor eléctrico, una simple modernización puede aportar importantes ahorros en costes económicos, evitando además innecesarios costes de sustitución en un futuro próximo.